Los beneficios del NO al impuesto a la renta financiera
Escribe: Julián Yosovitch
Hoy en día está en discusión en Argentina la necesidad de modificar
el impuesto a las ganancias sobre los trabajadores, tributo que le quita niveles
importantes de su sueldo final neto. En el caso en que se quite finalmente el
impuesto a las ganancias a los trabajadores, el déficit de ingresos al fisco deberá
venir por otra fuente.
Muchos políticos avalan la necesidad de eliminar el impuesto
a las ganancias de los trabajadores y para suplir dicho déficit argumentan la necesidad de crear
un nuevo tributo pero a la renta financiera o de manera más despectiva, a la “timba
financiera”.
Claramente es mucho menos popular y da mucho menos votos
imponer un impuesto a la renta de los trabajadores que a la “timba financiera” pero
en el fondo de la discusión deberíamos preguntarnos si es realmente conveniente
hoy en día generar un impuesto de este tipo en Argentina.
El mercado financiera es el “lugar” en donde se encuentran
aquellos agentes con déficit de capital o financiamiento (empresas privadas o públicas
o el mismo sector público como el Estado Nacional, provincial, municipal) y aquellos
que tienen un superávit de capital y que buscan colocar su excedente en activos
financieros que le generen una renta a través del tiempo.
Al generarse ese círculo virtuoso de financiamiento es
cuando el sector privado y/o publico toma dinero prestado de los inversores y los
destina a inversión y desarrollo de proyectos, contratando recursos y empleando
nuevos trabajadores mejorando la situación de la economía en su conjunto ya que
dichos empleados más tarde ampliaran su consumo y hasta pudiendo convertirse en
el mediano plazo en nuevos inversores con el excedente de capital, volcando el
mismo al sistema financiero.
El hecho de que ese círculo virtuoso no se genere termina siendo enormemente contra-producente
para la economía y para la sociedad ya que las compañías no contratan nuevo
personal, postergando el crecimiento y desarrollo de los trabajadores y de la economía
en su conjunto.
Con lo cual, el mensaje al próximo presidente es que debe
obligada y necesariamente generar ese círculo virtuoso en la economía para que Argentina
finalmente haga la diferencia a nivel regional e internacional. Pero yendo al
inicio de todo, para poder crear ese círculo virtuoso primero se tienen que dar
las condicionales para el mismo se genere y crear un impuesto a la renta
financiera es enormemente contraproducente y perjudicial para la economía en su
conjunto.
Existen varias cosas que los impulsores de esa medida se
deben plantear:
1)
El volumen operado en Argentina es ínfimo
respecto de lo que opera Brasil o México por ejemplo. Somos una décima parte de
lo que operan dichos mercados, con lo cual, la totalidad de la recaudación será
escasa para las necesidades fiscales. Hagamos crecer al mercado financiero, desarrollándolo para que una vez que el mismo tenga un volumen mayor, se le pueda aplicar un tributo y sirva para la recaudación eficiente de impuestos. Hacer eso hoy no va a servir para nada porque aleja inversiones y no se genera una recaudación digna para las obligaciones fiscales Argentinas.
2)
La presión tributaria en Argentina ahoga a la mayoría
de las empresas y aleja la inversión y la contratación de nuevos recursos. La solución
al conflicto económico argentino no pasa por la implementación de nuevos impuestos
sino por el incentivo a atraer nuevos capitales. Es urgente que los candidatos
a presidente en vez de debatir el impuesto a la “timba financiera” estén más preocupados
en convencer al mundo del potencial que tiene Argentina para que los capitales
vuelvan. Hay que dejar de lado las discusiones tercermundistas y pasar a
debatir temas como un país maduro y desarrollado que aun no somos. Si mostramos
esa madurez para los negocios, Argentina se convertirá en un país líder como
supo ser a comienzo de siglo pasado, pero depende de los políticos y los periodistas
y entrevistadores que impongan un debate de mejor calidad de manera urgente.
3)
Gravar renta financiera al ahorro local, es
decir de los argentinos es obligar a que
el argentino termine ahorrando en dólares y desestime la posibilidad de colocar
su excedente de capital en el mercado local. Parte del problema de tipo de
cambio que tiene Argentina pasa por la
falta de alternativas de inversión y la falta de desarrollo del sistema
financiero y bursátil local. Haciendo que el dinero de los
argentinos vuelva al país generará el círculo virtuoso que puede generar el
sistema.
4)
Generando condiciones para la inversión en el
mercado financiero seguramente provocará que cambie la cultura bursátil de los
argentinos, que nos alejemos del dólar y plazo fijo que no agregan nada a la economía
y que nos acerquemos al variado menú de activos financieros que existen en el
mundo y que las empresas puedas acceder al financiamiento a menor costo y con
mayor potencialidad de crecimiento para todos.
5)
Lo que si hay que gravar es a los flujos de capitales
golondrina que tan mal nos hicieron en la crisis de 2001 y en la mayoría de las
crisis de nuestra historia. Pero saber diferenciar el ahorro de los argentinos de
los capitales golondrina es fundamental para poder imponer restricciones impositivas.
6)
La especulación financiera es una pequeña parte
de la inversión financiera. El haber matado a las AFJP y reducir al mínimo el
mercado de capitales, condujo a una reducción al mínimo del círculo virtuoso. El
empleo calificado en Argentina ha sido reducido en estos últimos años y el
empleo en el mercado financiero también ha caído en un ciclo de pesimismo y
falta de oportunidades. Cambiar este ciclo es muy fácil tan solo con la implementación
de políticas más inteligentes y menos populistas que al fin y al cabo terminan
siendo menos inteligentes y menos populistas también porque terminan
perjudicando a todos. No aplicar políticas inteligentes en tiempo y forma
simplemente para obtener más votos tarde o temprano vuelve de manera negativa y
con baja de popularidad, generando una nueva crisis.
El especulador financiero le da volumen al mercado de capitales y gracias a ello las empresas puede utilizar al mercado como una herramienta para financiarse y/o para mitigar riesgos cubriéndose con instrumentos que permiten cubrirse ante variaciones de tasas, moneda, precio de commodities, etc. Ahora bien, sin los especuladores nada de ello es posible y los costos negativos de tal contexto terminan siendo enormemente contra-producentes e impone un impuesto a la renta va en la dirección opuesta a mejorar el contexto de negocios que necesita Argentina de cara a los próximos años.
El especulador financiero le da volumen al mercado de capitales y gracias a ello las empresas puede utilizar al mercado como una herramienta para financiarse y/o para mitigar riesgos cubriéndose con instrumentos que permiten cubrirse ante variaciones de tasas, moneda, precio de commodities, etc. Ahora bien, sin los especuladores nada de ello es posible y los costos negativos de tal contexto terminan siendo enormemente contra-producentes e impone un impuesto a la renta va en la dirección opuesta a mejorar el contexto de negocios que necesita Argentina de cara a los próximos años.
Para resumir lo digo de una
manera más simple. Imponer un impuesto a la renta financiera es como ponerle un
cinturón gástrico a un desnutrido. Ya sabemos cuál va a ser el final. A este
desnutrido hay que darle de comer, cuidarlo y hacer crecer sus músculos para
que vuelva a un círculo virtuoso de crecimiento y desarrollo físico e
intelectual.
Esto es lo que necesitamos en
Argentina y para ello hay que cambiar el discurso y el debate de manera urgente
y en esto son los políticos y los entrevistadores radiales y televisivos los
grandes responsables de que esto finalmente suceda. El cambio debe empezar ya.
Ojala así sea. Veremos….
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